ESTAMBUL, Turquía – Por primera vez en tres años de conflicto, delegaciones de Rusia y Ucrania se reunieron este viernes en Estambul para discutir posibles caminos hacia el fin de la guerra. Aunque el esperado encuentro no produjo avances hacia un cese al fuego, sí dejó un hecho significativo: el mayor intercambio de prisioneros desde el inicio de las hostilidades en 2022.

Ambas partes acordaron la liberación simultánea de 1,000 prisioneros de guerra por cada lado, en un gesto humanitario que, según analistas, busca mantener abiertos los canales de diálogo pese al estancamiento diplomático. La reunión, que apenas duró dos horas, también contó con la presencia de representantes de Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido como observadores.

El gobierno ucraniano calificó el canje como “una pequeña victoria moral”, mientras que Moscú lo presentó como “un acto de buena voluntad que no cambia la realidad del campo de batalla”.

Aunque no se habló de treguas ni de negociaciones formales de paz, el encuentro marca un leve giro tras meses de tensión acumulada y combates intensificados en el este de Ucrania. Por ahora, las armas siguen sonando, pero el canje masivo abre una débil pero visible grieta en el muro del conflicto.

Este intercambio fue coordinado con la mediación de Turquía y el Comité Internacional de la Cruz Roja, quienes garantizaron la integridad y seguridad de los prisioneros durante el proceso. Las imágenes difundidas por ambos gobiernos muestran filas de soldados, muchos visiblemente afectados por meses de cautiverio, reencontrándose con sus compatriotas tras ser liberados. Algunos de ellos ya están recibiendo atención médica y psicológica.

Fuentes diplomáticas indicaron que, aunque el diálogo directo fue breve y sin acuerdos concretos sobre el alto al fuego, el hecho de que ambas partes hayan accedido a sentarse en la misma mesa y realizar un canje tan significativo es una señal de que podría haber voluntad futura de avanzar hacia negociaciones más sustanciales. Sin embargo, tanto Kiev como Moscú mantienen posturas firmes e irreconciliables sobre los territorios ocupados.