Puerto Príncipe.- La violencia de bandas armadas en Haití sigue teniendo un impacto devastador en la población, según un nuevo informe de la oficina de la ONU acerca de las violaciones de derechos humanos registradas en el país durante el último trimestre de 2024. Al menos 5.626 personas han muerto y más de 2.213 han resultado heridas, debido a las pandillas armadas que controlan gran parte de la capital y del país. El informe alertó de un aumento del 150% de secuestros, la trata de niños y el reclutamiento forzado por parte de grupos armados.
Un equipo de la BBC, junto a la policía keniana, patrulló las zonas más afectadas, donde incluso los disparos no tardaron en llegar. Durante el recorrido, se encontraron con escenas desgarradoras, como un cuerpo quemado en medio de la calle. En este video, que ha sido nominado este mes a los premios Emmy, te mostramos la realidad de Haití y cómo las bandas armadas han cambiado la vida de sus habitantes.
La situación actual en Haití continúa siendo crítica debido a la profunda crisis política, social y de seguridad que afecta al país. Desde la renuncia del primer ministro Ariel Henry en marzo de 2024, un consejo presidencial de transición ha asumido el liderazgo con el objetivo de restaurar el orden y organizar elecciones, pero enfrenta enormes desafíos ante el poder que han adquirido las pandillas armadas. Estas organizaciones criminales controlan grandes zonas de Puerto Príncipe y otras regiones, imponiendo violencia, desplazando comunidades y dificultando el funcionamiento de instituciones públicas.
La inseguridad generalizada ha provocado una grave crisis humanitaria. Más de 360,000 personas están desplazadas internamente, y miles carecen de acceso a alimentos, atención médica o educación. Organismos internacionales, como la ONU y la Cruz Roja, han advertido sobre el deterioro acelerado de las condiciones de vida, mientras tratan de asistir a la población en medio de bloqueos, saqueos y ataques contra convoyes humanitarios. La infraestructura de salud está colapsada y muchos hospitales han cerrado o funcionan a mínima capacidad por falta de personal, recursos y seguridad.
En paralelo, la comunidad internacional ha intensificado sus esfuerzos para estabilizar al país. Se espera el despliegue de una misión multinacional liderada por Kenia con apoyo logístico de Naciones Unidas y Estados Unidos, con la intención de recuperar el control del territorio y apoyar a las autoridades de transición. Sin embargo, persisten las dudas sobre la efectividad de esta intervención en un contexto tan volátil, donde la confianza de la población en el Estado y en actores extranjeros se encuentra seriamente debilitada. Haití, mientras tanto, sigue luchando por salir de un ciclo de violencia y colapso institucional que ya lleva décadas.



