Rosa María Ranz, cariñosamente conocida como “Mercedita”, fue brutalmente asesinada la madrugada del pasado martes en el barrio Ponce de Los Guaricanos, dejando a tres hijos en la orfandad. El hecho ha conmocionado a la comunidad y a sus familiares, quienes la recuerdan como una mujer trabajadora, alegre y tranquila.

El autor del crimen, identificado como Luis Alberto Almonte, se presentó en la residencia de la víctima, donde tras una discusión le propinó una golpiza antes de dispararle mortalmente frente a su madre. Según relatos familiares, la relación de apenas un mes entre Rosa María y el agresor había terminado recientemente, lo que habría desatado el violento ataque.

Luis Alberto Almonte, quien se quitó la vida tras cometer el feminicidio, era señalado por tener un historial de actos violentos y homicidios previos. Familiares de la víctima confirmaron que había cumplido una condena de 10 años por el asesinato de un menor, aunque originalmente se le habían impuesto 30 años de prisión.

“Él no solo mató a Rosa, ya había matado a otras personas. Era un hombre peligroso. Estuvo preso por descuartizar a un niño y meterlo en un tanque. Nunca debió estar libre”, comentó un pariente de la víctima que prefirió no revelar su identidad.

Amenazas de la familia del homicida; Durante el velatorio, familiares de Rosa María denunciaron que la familia del agresor los amenazó de muerte tras el crimen. Según testimonios, los parientes de Almonte intentaron intimidarlos para que no denunciaran el caso.

“Nos dijeron que si hablábamos nos matarían. Ya sufrimos demasiado con la pérdida de Mercedita. No podemos seguir viviendo con miedo”, expresó un pariente.

El cuerpo sin vida de Rosa María será sepultado esta tarde en el Cementerio Cristo Salvador, mientras su familia exige justicia para que hechos como este no queden impunes. El caso ha vuelto a poner en evidencia la crisis de violencia de género en el país, donde las cifras de feminicidios continúan alarmando a la sociedad. Organizaciones defensoras de los derechos de la mujer han reiterado la necesidad de fortalecer las políticas de prevención y castigo para frenar esta ola de violencia.

Rosa María Ranz deja tras su partida un profundo vacío en su familia y comunidad, quienes esperan que su trágico final sea un llamado urgente a las autoridades para combatir la impunidad y proteger a las mujeres dominicanas.