El Gobierno Nacional y la Gobernación del Cesar han anunciado una recompensa de 50 millones de pesos (unos 10.000 dólares) por información que permita esclarecer la masacre de tres integrantes de la familia Lora Rincón, líderes de una congregación evangélica en Aguachica. El trágico incidente ocurrió la mañana del domingo 29 de diciembre, cuando un sicario en motocicleta disparó contra la familia frente a un local de comidas, poco después de ofrecer un servicio religioso en su iglesia, Príncipe de Paz.

Las víctimas son Marlon Yamith Lora, pastor de la congregación; su esposa Yorley Rincón; y su hija Ángela Lora Rincón, de 21 años. El único sobreviviente es Santiago Lora Rincón, de 19 años, quien resultó gravemente herido y permanece con pronóstico reservado en un centro médico.

Tras el asesinato múltiple, la alcaldesa de Aguachica, Greisy Roqueme, decretó un toque de queda nocturno y exigió mayor atención del Gobierno Nacional. “No podemos permitir que la violencia nos robe la esperanza. Pido al ministro de Defensa y a la Fuerza Pública que centren su atención en Aguachica”, expresó la mandataria a través de un video en redes sociales.

El presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de X, instando a la policía a identificar y capturar a los responsables. Por su parte, el coronel Eduardo Chamorro, comandante departamental de la policía, informó que las investigaciones están en curso, con entrevistas y análisis de videos como parte de las diligencias iniciales.

La comunidad evangélica y varias organizaciones han expresado su consternación. La Confederación Evangélica de Colombia lamentó profundamente la pérdida de la familia, descrita como un ejemplo de liderazgo espiritual en la región. Ángela Lora Rincón, además de ser hija de los pastores, era comunicadora social y había sido candidata al concejo municipal por el partido cristiano Colombia Justa Libres.

Aunque las autoridades no han definido hipótesis claras, la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior solicitó que la investigación contemple la posibilidad de que el ataque esté relacionado con motivos religiosos.

Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), esta es la masacre número 76 registrada en Colombia en 2024, en un contexto de continuas violencias que han dejado un saldo devastador en varias regiones del país.