Los familiares de Mary Peña, la séptima víctima fatal del accidente en la carretera San Juan-Azua, han exonerado al conductor del camión de cualquier responsabilidad en el trágico suceso. Peña, oriunda del poblado Orégano Grande pero residente en la capital, viajó a Azua para asistir a una fiesta de Perico Ripiao organizada por su madre. Aprovechó la ocasión para participar en un evento social en Bastida, donde ocurrió el accidente.
Mary Peña, conocida por su carácter alegre, había disfrutado de la fiesta y de un sancocho antes de dirigirse a las festividades patronales cercanas a Bastida, donde sufrió el accidente. A pesar de recibir atención en el Hospital de San Juan de la Maguana, Peña no logró sobrevivir. Su muerte ha generado un gran dolor en la comunidad de Orégano Grande.
El conductor del camión ha sido exculpado por los familiares de Peña, quienes argumentan que no podía prever la presencia de una multitud en la carretera a esa hora de la madrugada. El chofer, que es evangélico y estaba trabajando para mantener a su familia, ha sido sometido a una garantía económica de un millón de pesos, impedimento de salida del país y presentación periódica durante seis meses.
El accidente, que dejó además 47 personas heridas, ha sido descrito como una tragedia devastadora. Las víctimas incluyen a Yocairi Soriano Méndez, de 20 años; José René Guzmán, de 31 años, sargento de la Policía Nacional; Génesis Arias Alcántara, de 21 años; Dauri Ferreras Matos, de 22 años; John David Geraldo Matos, de 21 años; y Elvin Guzmán Rodríguez, de 17 años. La tragedia ha dejado una profunda tristeza en las comunidades afectadas.