En una histórica audiencia pública celebrada en el Congreso Mexicano, Jaime Maussan, un experto en fenómenos anómalos no identificados, dejó a todos atónitos al presentar dos cuerpos de supuestos extraterrestres. Como nos relata Agustín Olaes, no fue el único investigador que instó a los gobiernos de todo el mundo a reconocer este fenómeno OVNI y a abrir sus expedientes secretos relacionados con este tema.

La audiencia atrajo la atención de muchos, quienes se mostraron igual de sorprendidos que nosotros, especialmente cuando echaron un vistazo a los cuerpos. Las palabras de Jaime Maussan, quien ha investigado estos fenómenos durante décadas, resonaron en la mente de muchos: “No estamos solos en el universo; existen seres no humanos que no forman parte de nuestra evolución terrestre”.

Según él, estos seres tienen alrededor de mil años de antigüedad y fueron descubiertos en 2017, enterrados y disecados muy cerca de las enigmáticas líneas de Nazca, al sur de Perú. Estaban sepultados en minas de diatomeas.

Lo más sorprendente es que estos extraños seres, sometidos a pruebas de carbono 14, miden aproximadamente 60 centímetros de largo y presentan características únicas. A pesar de tener fosas nasales, la falta de dientes, manos con tres dedos y visión estereoscópica los hace más parecidos a las aves que a los seres humanos.

Además, cuentan con un cuello retráctil adjunto a una enorme cabeza. Quizás lo más intrigante fue el hallazgo de posibles huevos con embriones en su interior, lo que sugiere una inteligencia que coexistió con nuestros ancestros y que podría cambiar la historia de la humanidad.

Otro dato peculiar sobre estos dos seres es su ADN, que según los científicos, difiere en un 30% del ADN humano, lo que prácticamente los convierte en una nueva especie. Además, sus huellas dactilares no son circulares, sino líneas horizontales y rectas, lo que agrega aún más misterio a este fascinante hallazgo.