La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo pico tras el masivo contraataque iraní en respuesta a una ofensiva israelí sin precedentes contra Teherán. En las últimas horas, una lluvia de misiles impactó zonas clave de Jerusalén y Tel Aviv, dejando al menos 15 heridos y desatando el temor entre la población israelí. Aunque el gobierno aseguró haber interceptado la mayoría de los proyectiles, el nerviosismo se intensifica. Ciudadanos acudieron en masa a comprar suministros de emergencia y varios hospitales fueron trasladados a instalaciones subterráneas.

La operación israelí, bautizada como “León Naciente”, fue descrita por el primer ministro Benjamín Netanyahu como un intento de destruir el programa nuclear iraní y neutralizar a líderes que, según dijo, “abogan por la desaparición de Israel”. En respuesta, el líder supremo de Irán acusó a Israel de haber comenzado la guerra, y advirtió que “ningún rincón de su territorio es ahora seguro”. Las declaraciones encendieron las alarmas en las principales potencias, mientras se teme una escalada a gran escala.

Desde Washington, el expresidente Donald Trump manifestó su respaldo a Israel, pero advirtió a Irán sobre las consecuencias de continuar el conflicto: “Ya ha habido muerte y destrucción. Irán debe llegar a un acuerdo antes de que no quede nada”. Aunque confirmó que Israel lo informó previamente del ataque, el secretario de Estado Marco Rubio aclaró que fue una acción unilateral. Mientras tanto, los mercados bursátiles globales sufrieron una caída abrupta, con especial preocupación por un posible cierre del estrecho de Ormuz, punto clave para el transporte de petróleo a nivel mundial.

El impacto del conflicto no se ha limitado a Medio Oriente. En diversas ciudades del mundo se han realizado manifestaciones tanto en apoyo a Israel como en solidaridad con Irán, generando divisiones entre comunidades y preocupaciones por posibles actos de violencia. Las principales potencias occidentales, incluyendo la Unión Europea, han hecho un llamado urgente al cese de hostilidades y al reinicio del diálogo diplomático, advirtiendo que un conflicto prolongado podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad regional y global.

Mientras tanto, los precios del petróleo comenzaron a subir de forma acelerada en los mercados internacionales, y en algunas estaciones de combustible ya se reportan aumentos. Analistas advierten que si Irán decide bloquear el estrecho de Ormuz, por donde circula aproximadamente el 20% del crudo mundial, los efectos económicos serían inmediatos y severos. El mundo observa con creciente preocupación mientras la tensión entre Israel e Irán amenaza con escalar a una guerra abierta.