Santo Domingo – Se entregó voluntariamente a las autoridades José Miguel de la Rosa, señalado por la Policía Nacional como uno de los involucrados en el sangriento tiroteo ocurrido el pasado sábado 17 de mayo en la comunidad El Tanque, de Loma de Cabrera, donde cinco personas perdieron la vida y otras dos resultaron heridas.
Durante la transmisión, De la Rosa negó su participación en la masacre y afirmó que su entrega tenía como objetivo “demostrar su inocencia”. Según sus declaraciones, años atrás trabajó con dos supuestos narcotraficantes conocidos como “Wiiley” y “El Chato”, quienes dice ahora quieren implicarlo falsamente como parte del conflicto que habría tenido como detonante un tumbe de drogas.
“El Chato trabaja para Wiiley. Ellos manejan puntos de drogas en Pino de Jabón y en Paitó”, dijo De la Rosa al tiempo que acusó a ambos de intentar asesinarlo en múltiples ocasiones por haberse alejado de sus operaciones. “Me han mandado a matar varias veces. Una vez me ofrecieron 500 mil pesos por mi cabeza”, aseguró mientras mostraba cicatrices de heridas de bala recibidas en intentos de asesinato previos.
Aseguró haber estado escondido durante tres años en zonas montañosas para escapar de las amenazas, viviendo como “un guerrero de verdad”, y acusó a miembros de la Policía Nacional de complicidad con el narcotráfico en la región. “En Jabón se paga hasta 300 mil pesos a la Policía. Hay coroneles que saben lo que está pasando”, denunció.
La entrega fue presenciada por miembros de la comunidad, incluyendo Rubén Useta, un activista social que denunció públicamente al mismo presunto narcotraficante Wiiley por múltiples hechos violentos. “Este hombre ha dejado decenas de víctimas inocentes. Niños, mujeres y trabajadores han caído por sus tiroteos”, señaló Useta.
También acompañaron a De la Rosa su madre, Ramona de la Rosa, quien admitió que su hijo estuvo vinculado al narcotráfico en el pasado, pero confía en su inocencia en relación con la masacre. “Yo le dije que si no era culpable, que se entregara. Y lo acompañé porque como madre, sé que él quiere limpiar su nombre”, declaró visiblemente afectada.
La entrega fue facilitada por líderes comunitarios de la capital, quienes actuaron como garantes para preservar la vida del acusado. Uno de ellos, Demetrio Nicolás Veras, vicepresidente de la junta de vecinos de la urbanización San Lorenzo, explicó que aceptó el compromiso “por un tema de humanidad” y en busca de que se haga justicia sin violencia.
La Policía Nacional no ha ofrecido aún una declaración formal sobre esta entrega ni ha confirmado si José Miguel de la Rosa será investigado como testigo o imputado en el caso.
Este es el segundo sospechoso vinculado a la masacre de Loma de Cabrera que se entrega en menos de una semana, luego de que se confirmara la captura de un primer implicado el pasado miércoles. Las autoridades aseguran que continúan tras la pista de otros miembros de la banda responsable del hecho.



