El régimen de Nicaragua ratificó una reforma que despoja de la nacionalidad  a los condenados por “traición a la patria” - Infobae

La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó este viernes una polémica reforma parcial a la Constitución Política que establece la pérdida automática de la nacionalidad nicaragüense para quienes adquieran una segunda ciudadanía. La medida fue impulsada por el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y aprobada de forma expedita y unánime por los 91 diputados oficialistas durante una sesión especial en el municipio de Niquinohomo.

La reforma modifica el artículo 25 de la Constitución, el cual ahora dicta que “la nacionalidad nicaragüense se perderá al momento de adquirir otra nacionalidad”. Asimismo, el artículo 23 fue ajustado para que los extranjeros deban renunciar a su nacionalidad de origen si desean nacionalizarse nicaragüenses, con la excepción de ciudadanos centroamericanos, quienes podrán mantener ambas nacionalidades.

Durante la sesión, celebrada en conmemoración del 130 aniversario del natalicio del héroe nacional Augusto C. Sandino, Ortega y Murillo argumentaron que “la nacionalidad no es un trámite administrativo, sino un pacto sagrado de lealtad”. Aseguraron que no puede haber “doble fidelidad” y que jurar lealtad a otro país “rompe el vínculo jurídico y moral con Nicaragua”.

Esta reforma ha generado fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos y opositores en el exilio, quienes señalan que la medida busca castigar a los disidentes que han huido del país y adquirido nuevas ciudadanías. Según observadores internacionales, la nueva disposición podría dejar en condición de apátridas a cientos de nicaragüenses a quienes ya se les ha despojado de su nacionalidad por razones políticas.

 

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