El periodista Cristhian Jiménez criticó las recientes medidas del Gobierno que incluyen el despliegue de oficiales de Migración en hospitales públicos para controlar la presencia de mujeres embarazadas de nacionalidad haitiana, calificándolas como “inhumanas” y “barbáricas”.

Durante su intervención en un programa “A Diario”, Jiménez se refirió al operativo anunciado por las autoridades, que consiste en establecer puntos de control migratorio en al menos 33 hospitales públicos del país, especialmente en las principales maternidades. En ese contexto, denunció que más de 40 mujeres embarazadas haitianas fueron detenidas recientemente, incluyendo 39 que acababan de dar a luz, muchas de ellas por cesárea, y posteriormente trasladadas al centro de detención en Haina para su deportación.

“Se está tratando a mujeres en condiciones delicadas, en su mayoría sin acceso previo a atención médica, como si fueran criminales”, denunció el comunicador. “Después de dar a luz, son montadas en camiones y llevadas directamente a centros de detención, lo que representa una violación a los derechos humanos más básicos. Ni siquiera en tiempos de guerra se justifica esto”.

Jiménez también advirtió que esta medida podría traer consecuencias a nivel internacional para la imagen del país. “Hoy se celebra este tipo de acciones por parte de algunos sectores, pero mañana podrían costarnos caro como nación. No se puede jugar con la dignidad humana”, subrayó.

El periodista recordó que el presidente del Colegio Médico Dominicano también expresó su rechazo a la medida, afirmando que los médicos “no están formados para actuar como agentes migratorios, sino para salvar vidas”.

Aunque el Gobierno ha justificado estas acciones como parte de un plan de control fronterizo y sanitario, la opinión pública se mantiene dividida. Mientras algunos sectores apoyan las medidas como una forma de reducir la presión sobre el sistema de salud, otros la consideran una violación de derechos fundamentales.

La situación se da en un contexto de creciente tensión entre República Dominicana y Haití, con una frontera fuertemente militarizada y una política migratoria cada vez más estricta por parte de las autoridades dominicanas.