Un incendio catastrófico en el aeropuerto de Heathrow, el más grande de Gran Bretaña, provocó el cierre de la terminal y desató un caos global en los viajes aéreos. Más de 1,300 vuelos se vieron afectados, con miles de cancelaciones e interrupciones en rutas internacionales. Las autoridades informaron que el incendio se originó en un transformador de una subestación cercana al aeropuerto, lo que llevó a un colapso en los servicios aéreos. Los bomberos tardaron más de siete horas en controlar el fuego.
Este incidente también tuvo repercusiones en aeropuertos internacionales como el JFK de Nueva York, que conecta con Heathrow con 20 vuelos diarios. Los pasajeros quedaron varados y tuvieron que reprogramar sus viajes. “Nos sorprendió y molesta tener que cambiar nuestros planes”, dijo una pasajera en Los Ángeles.
El cierre del aeropuerto afectó a alrededor de 230,000 pasajeros, muchos de los cuales se vieron obligados a regresar a la costa este tras enterarse del cierre mientras aún estaban en el aire. Tras varios esfuerzos, las autoridades aeroportuarias informaron que los vuelos comenzaron a reanudarse de forma segura, con prioridad en la reubicación de aeronaves.
British Airways fue la primera aerolínea en restaurar un vuelo, y se espera que para el sábado el aeropuerto funcione con normalidad. Las autoridades pidieron a los pasajeros no viajar al aeropuerto a menos que su aerolínea lo indique específicamente.



