Catamarca, Argentina – Un sacerdote fue imputado por abuso sexual infantil en el primer juicio con jurados populares del país. El caso involucra a Eduardo López Márquez, quien enfrenta acusaciones de haber abusado de Gustavo Batallán, quien en ese momento era un niño de 12 años. Los hechos ocurrieron entre 2002 y 2003, en la localidad de Recreo La Paz, a 200 km de la capital de Catamarca.

Gustavo Batallán, quien rompió el silencio después de casi 20 años, denunció al sacerdote en diciembre de 2021, señalando que López Márquez aprovechó la confianza familiar para llevarlo a la casa parroquial, donde se habrían consumado los abusos. Según Batallán, la relación cercana entre las familias, debido a la amistad entre el sacerdote y su tío, también sacerdote, facilitó la situación.

El sacerdote está acusado de tres hechos de abuso sexual agravado por su condición de ministro de culto. La denuncia fue presentada ante la fiscalía general de San Fernando del Valle de Catamarca, y el caso se convirtió en el primer juicio de esta índole en el país en ser juzgado por un jurado popular, un sistema judicial que entró en vigor en 2021.

Durante el proceso, la defensa del acusado intentó argumentar que los hechos ya se encontraban prescriptos, ya que habían pasado 19 años desde la fecha de los abusos y más de 13 años desde la denuncia. Sin embargo, la justicia rechazó este argumento y decidió que el caso fuera elevado a juicio.

Batallán, quien ha transitado un largo proceso judicial con el apoyo de su expareja, relató cómo, después de años de silencio, decidió denunciar cuando se enteró de otros casos similares. “No quería denunciar, pero cuando me di cuenta de que había otras víctimas, supe que tenía que hacer algo”, expresó.

Este juicio es el primero de su tipo, en el que un jurado compuesto por seis mujeres y seis hombres decidirá el veredicto por unanimidad, marcando un precedente importante para la justicia argentina. Se espera que el juicio comience a mediados de este año, lo que generará un importante precedente judicial en el país.

A pesar de la tragedia vivida, Batallán mantiene su fe en la justicia humana y en Dios, afirmando que no le guarda rencor a la religión. “Jamás he dejado de creer en Dios, pero creo que cada ser humano es responsable de sus actos”, concluyó.