El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha declarado que los artículos provenientes de México y Canadá estarán sujetos a un 25% de aranceles a partir de este sábado, mientras que los productos de China tendrán un 10% adicional. Trump, quien ha repetido en varias ocasiones que los aranceles son su “palabra favorita”, justificó la medida como un paso necesario para presionar a sus vecinos norteamericanos.

El presidente ha justificado las tarifas diciendo que son parte de su estrategia para combatir el tráfico de fentanilo y otras drogas hacia EE.UU., una amenaza que mencionó durante su campaña electoral. Como respuesta, los líderes de México y Canadá han manifestado su rechazo inmediato, señalando que las tarifas violan el acuerdo de libre comercio de América del Norte (T-MEC) y anunciaron aranceles recíprocos sobre productos estadounidenses.

Según datos de 2024, EE.UU. importó $97,000 millones de petróleo y gas desde Canadá y $46,000 millones en productos agrícolas desde México. Esto implica que millones de consumidores en EE.UU., Canadá y México sentirán el impacto. “No sólo son frutas desde México, sino una amplia variedad de productos manufacturados, como automóviles y piezas de automóviles“, explicó un analista. Además, los precios de productos como licores y gasolina también podrían aumentar debido a estas tarifas.

Trump, quien a través de sus redes sociales reconoció que podría haber “algo de dolor” a corto plazo, aseguró que el sacrificio valdrá la pena para “hacer grande a América nuevamente”. Su objetivo, según el mandatario, es apoyar a los productores nacionales, al presionar a los consumidores estadounidenses para que compren productos locales.

Sin embargo, economistas se muestran preocupados por las posibles repercusiones sobre los ciudadanos, ya que los aumentos en los precios de bienes esenciales podrían afectar negativamente el poder adquisitivo de los consumidores en los tres países involucrados.