La fiscalía española ha sido tajante durante el juicio contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), al afirmar que el beso que dio a la futbolista Jenni Hermoso tras la final del Mundial de Fútbol Femenino fue no consentido. Rubiales enfrenta acusaciones de agresión sexual y coacciones en un caso que ha provocado un amplio debate social.
Durante su declaración ante la Audiencia Nacional, Rubiales defendió que el beso fue producto del entusiasmo y que “tuvo consentimiento explícito” de Hermoso. “Le pregunté si podía darle un beso y me dijo que sí”, aseguró el exmandatario.
Sin embargo, Hermoso negó haber otorgado su consentimiento y señaló sentirse presionada por Rubiales y su entorno para minimizar el incidente públicamente. La fiscalía también subrayó que hubo intentos de coacción hacia la futbolista para que ofreciera declaraciones públicas favorables al expresidente.
En su defensa, Rubiales declaró que su comportamiento fue producto de la emoción tras la histórica victoria: “Ganamos un Mundial y estábamos felices. Fue un signo de cariño”, comentó. No obstante, reconoció que su comportamiento no fue adecuado para su posición y que “debería haber mantenido la compostura en ese momento”.
La fiscalía, por su parte, mantuvo su postura firme sobre la naturaleza del beso y los intentos de manipulación. Aún se esperan nuevas declaraciones antes de que se emita un fallo sobre el caso. El juicio continúa, con la atención pública centrada en un caso que ha sacudido los cimientos del fútbol y la sociedad española en términos de consentimiento y abuso de poder.



