En un anuncio que ha provocado una ola de reacciones enérgicas, el presidente Joe Biden confirmó que Cuba será retirada de la lista de países patrocinadores del terrorismo. La medida, que ha sido vista por algunos como un intento de acelerar acuerdos con el gobierno cubano antes de que Biden deje el cargo, ha generado controversia entre la comunidad cubana exiliada en Miami.

Me subió la presión enormemente, me sentí muy mal, porque no esperaba que el señor Biden fuera capaz de cometer tan alta traición con los cubanos“, expresó una residente de la ciudad, visiblemente afectada por la noticia. “Los demócratas tienen esa costumbre de ser débiles y entregarlo todo al enemigo”, agregó.

El anuncio se produce a pocos días de que Biden deje la Casa Blanca, y algunos analistas lo interpretan como un intento de resolver temas pendientes, como la liberación de decenas de personas consideradas injustamente detenidas por el gobierno cubano. Se especula que la medida podría incluir el alivio de sanciones económicas y la reversión de un memorando de 2017 que endurecía las restricciones hacia la isla.

Algunos creen que esta decisión busca castigar al pueblo que apoyó a Donald Trump en las elecciones, señalando que Cuba podría liberar a 553 presos políticos como parte de un acuerdo con Estados Unidos. “Ellos nunca pensaron que Trump iba a salir presidente”, comentó un analista. “Ahora, Biden quiere hacerle un favor al régimen cubano, a costa de la seguridad nacional.”

Aunque la medida fue notificada al Congreso, algunos observadores sostienen que el presidente electo podría revertir esta decisión una vez que asuma el cargo. Según fuentes del gobierno, el proceso de inclusión o exclusión de un país en la lista de patrocinadores del terrorismo puede tardar hasta 60 días.

Este anuncio ha sido considerado por muchos como la última traición a la seguridad nacional de los Estados Unidos, especialmente en Miami, donde la comunidad cubana ha vivido bajo la sombra de los regímenes comunistas por décadas.