En un informe presentado en el programa de noticias de la periodista Alicia Ortega, se han revelado escalofriantes testimonios de tres mujeres que sufrieron daños irreparables tras someterse a procedimientos estéticos en la clínica “Semar Plus”, dirigida por la supuesta cirujana Diana Carolina Romero. Las pacientes, que alzaron su voz en busca de justicia, expusieron sus experiencias traumáticas que la llevaron a vivir verdaderos infiernos en manos de una médico que no contaba con la capacitación ni las habilitaciones necesarias para realizar tales intervenciones.
Durante las últimas dos décadas, Ortega ha denunciado casos similares de cirugías plásticas realizadas por médicos incompetentes, pero lo que se ha presentado en esta ocasión es uno de los ejemplos más impactantes hasta la fecha. Tres mujeres compartieron sus historias, cada una describiendo cómo después de ser atraídas por el bajo costo y las recomendaciones de conocidos, sufrieron complicaciones severas, incluidas infecciones provocadas por procedimientos quirúrgicos en un centro no habilitado por Salud Pública.
Las imágenes y relatos de las pacientes muestran la cruda realidad de la situación: piel abierta, quemaduras y una salud mental deteriorada, consecuencia de la depresión provocada por las infecciones y el sufrimiento físico. Una de las afectadas mostró botellas de medicamentos que ahora debe tomar en un intento por sanar su cuerpo y su mente, mientras recordaba las dolorosas intervenciones que vivió.
El edificio donde funcionaba Semar Plus carecía de un sistema de esterilización adecuado y, según las denuncias, operaciones eran realizadas por personal no médico, incluyendo assistants sin comprobante de sus credenciales. La situación es tan grave que los inspectores de salud pública habían clausurado la clínica en 2021, solo para que continuara operando clandestinamente.
El Dr. Juan Gerardo Mesa, director de habilitación del Ministerio de Salud Pública, confirmó que la clínica nunca obtuvo la licencia necesaria para operar y que el establecimiento cambió de ubicación sin notificar adecuadamente sobre su situación. Además, se reveló que Carolina Romero no cuenta con el título válido para ejercer como cirujana plástica, lo que agrava aún más el caso.
Los relatos de las pacientes son un grito de alerta sobre los riesgos de someterse a procedimientos estéticos en lugares no regulados y con profesionales no cualificados. Demandas legales ya están en curso contra Romero y otros involucrados en estas prácticas irregulares, mientras las víctimas claman por justicia y el reconocimiento de sus sufrimientos.
Este informe no solo destaca los peligros de la cirugía estética cuando no se realiza por un profesional competente, sino que es una llamada a la acción para el control y regulación del sector de la salud en el país. Las recomendaciones de verificar las credenciales de los médicos y la validez de los centros quirúrgicos han cobrado más relevancia que nunca, ya que la vida de muchas personas puede estar en juego.



