El comunicador Virgilio Feliz puso sobre la mesa la problemática del tránsito en República Dominicana, resaltando que la solución radica en el uso de tecnología avanzada y la gestión eficiente de datos.
El comunicador destacó que fenómenos como los tapones intensificados por las lluvias, especialmente en temporadas específicas como diciembre, podrían abordarse con un análisis predictivo basado en datos históricos. Según explicó, el país carece de una adecuada planificación que utilice herramientas de big data, inteligencia artificial y tecnología de monitoreo en tiempo real. Esto permitiría anticipar comportamientos de tránsito y reestructurar las vías de manera eficiente.
“Estamos votando datos todo el tiempo,” comentó, señalando que la falta de análisis actualizado limita la capacidad de implementar soluciones efectivas. Hizo hincapié en que los estudios utilizados para tomar decisiones en el pasado estaban obsoletos, lo que genera cambios poco efectivos en el flujo vehicular, agravados por el crecimiento desmedido del parque vehicular y la densificación urbana.
El comunicador también mencionó que otros países colaboran con gigantes tecnológicos como Google para aprovechar sistemas de rastreo y predicción de tráfico. “Esto no es solo tecnología; necesitamos presupuesto,” añadió, sugiriendo que se asigne al menos un 2.5% del presupuesto nacional a políticas de movilidad y transporte.
En un comentario adicional, reconoció el trabajo de técnicos que han desarrollado proyectos como ciudades virtuales monitoreadas por drones y datos de celulares, aunque afirmó que la implementación de estas iniciativas aún está lejos de cubrir las necesidades del país.
Finalmente, el comunicador subrayó la urgencia de declarar la movilidad urbana como una emergencia nacional, respaldada no solo con declaraciones, sino con financiamiento sólido que permita implementar soluciones de infraestructura y tecnología. “El tránsito en Santo Domingo y otras ciudades principales no es sostenible sin un cambio estructural y tecnológico,” concluyó.