En un giro notable en su postura migratoria, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, declaró su disposición a colaborar con las autoridades federales para deportar a inmigrantes con antecedentes delictivos, lo que ha generado un intenso debate en la ciudad santuario más grande del país.
Adams señaló que su enfoque está dirigido a quienes cometen crímenes graves, incluyendo casos como el de un inmigrante acusado de disparar contra la policía, quien se declaró culpable en junio y enfrenta un proceso judicial. “Los inmigrantes que llegan a trabajar y contribuir no deberían temer ser detenidos. Sin embargo, aquellos que quebrantan nuestras leyes deben enfrentar las consecuencias”, afirmó el alcalde.
Aunque Adams ha mantenido una postura crítica hacia las deportaciones masivas, sus recientes comentarios reflejan un cambio significativo. También mencionó que buscará reunirse con el “zar de la frontera” designado por el expresidente Donald Trump para discutir estrategias conjuntas.
Preocupación por los derechos legales
Las declaraciones del alcalde han encendido alarmas entre defensores de los derechos de los migrantes, quienes advierten que este enfoque podría poner en riesgo el debido proceso judicial garantizado por la Cuarta Enmienda. Activistas temen que los inmigrantes acusados puedan ser deportados sin enfrentar un juicio justo.
“Esto podría sentar un precedente peligroso, no solo para los inmigrantes, sino para todos los ciudadanos. Es fundamental garantizar que nadie sea privado de su derecho a un juicio”, expresó un defensor de derechos humanos durante una protesta en Manhattan.
Por otro lado, residentes sin antecedentes delictivos se han mostrado aliviados ante las declaraciones del alcalde, aludiendo a que estas medidas podrían diferenciar entre quienes trabajan para mejorar sus vidas y quienes representan un peligro para la comunidad.
La postura de Adams abre un debate complejo en una ciudad que históricamente ha sido un refugio para los migrantes. Mientras algunos aplauden su enfoque por equilibrar la seguridad pública con el respeto hacia los inmigrantes trabajadores, otros critican lo que consideran un alejamiento de los principios de una ciudad santuario.
En las próximas semanas, se espera que el alcalde revele detalles sobre cómo planea implementar estas medidas y cómo garantizará que se respeten los derechos legales de los acusados, en medio de un clima de creciente tensión migratoria a nivel nacional.