El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se pronunció este jueves sobre la solicitud de arresto emitida en su contra por el Tribunal Penal Internacional (TPI) en La Haya, calificando la medida de “antisemita” y como un intento de disuadir a Israel de defenderse de sus enemigos. Netanyahu aseguró que la orden, que también involucra al exministro de Defensa, Yoav Galant, es parte de un esfuerzo por obstaculizar el derecho legítimo de Israel a protegerse frente a las amenazas que enfrenta.
“Esta es una medida antisemita que tiene un objetivo de disuasión. Quieren disuadirnos de ejercer nuestro derecho natural a defendernos de los enemigos que se levantan contra nosotros. Nos acusan de asesinato mientras trabajamos para protegernos de quienes intentan cometer crímenes contra nosotros”, dijo Netanyahu, añadiendo que la decisión de la Corte Internacional de Justicia es un “día negro en la historia” y que “la humanidad, que surgió para protegernos, hoy se ha convertido en el enemigo de la humanidad”.
La Corte basó su decisión en actos presuntamente cometidos por las fuerzas israelíes entre el 8 de octubre de 2023 y el 20 de mayo de 2024. Durante este periodo, la Fiscalía del TPI presentó solicitudes de arresto, acusando a altos funcionarios israelíes de presuntos crímenes de lesa humanidad relacionados con las acciones militares en Gaza.
El pronunciamiento del tribunal ha sido aplaudido por juristas y organizaciones de derechos humanos, quienes señalan que, en Gaza, se estarían cometiendo crímenes de guerra y violaciones graves contra los derechos humanos. “Este es el reconocimiento de que, al menos, presuntamente, se están cometiendo delitos internacionales de primer grado, como crímenes de guerra y de lesa humanidad”, comentó Manuel Ollé, abogado especialista en Derecho Penal Internacional.
Por su parte, José Enrique Conde Belmonte, especialista en Derecho Internacional Público, subrayó que la reacción de Israel ante la decisión de la Corte es “desmedida” y no se ajusta a las normas del Derecho Internacional. Además, destacó que la decisión del TPI sirve como un recordatorio para todos los involucrados en crímenes internacionales, indicando que “la Corte Penal Internacional está dispuesta a detener a los responsables y someterlos a un procedimiento judicial”.
Desde el comienzo del conflicto, más de 44,000 personas han perdido la vida en Gaza, un número que sigue creciendo en medio de la violencia que azota la región. El caso sigue siendo un examen de la “vigencia y fortaleza” del Tribunal Penal Internacional, según lo señaló Conde, quien advirtió que la Corte debe mantener su independencia frente a la presión política de naciones poderosas.
La tensión internacional sobre este asunto sigue aumentando, con Israel afirmando que continuará defendiendo a su país, mientras que las organizaciones de derechos humanos insisten en que la comunidad internacional debe tomar medidas frente a lo que consideran crímenes de lesa humanidad.