Un preocupante incidente de seguridad en la cárcel del 15 de Azua terminó con la muerte de un recluso que secuestró al comandante del penal durante varias horas. El hecho ocurrió ayer, cuando el prisionero, identificado como un hombre que cumplía una condena de 20 años por el asesinato de un cabo de la Policía Nacional, logró tomar como rehén al oficial a cargo.

El incidente comenzó cerca del mediodía, y la cárcel estuvo rodeada durante toda la tarde mientras las autoridades intentaban resolver la situación. Finalmente, el recluso fue abatido por la Policía al resistirse a las órdenes, según indican los protocolos de seguridad.

Lo más alarmante de este caso es cómo el prisionero, que llevaba 14 años de su condena, aparentemente había ganado la confianza de las autoridades del penal y logró introducir un arma de fuego al recinto. Se especula que este privilegio le permitió acceso al despacho del comandante, donde ocurrió el secuestro.

Este hecho ha reavivado las críticas sobre el sistema penitenciario dominicano, en especial sobre las fallas en la seguridad interna y los protocolos de control en las cárceles del país. “Las cárceles se han convertido en tierra de nadie. La facilidad con la que un recluso armado secuestra al comandante del penal demuestra una falta grave de supervisión y de control interno”, comentó una fuente cercana a la investigación.

El penal de Asua, al igual que muchas otras cárceles en el país, sufre de sobrepoblación y condiciones deplorables. Las autoridades han señalado que el caso es una muestra más de las deficiencias en el sistema penitenciario, a pesar de los recursos invertidos en su modernización en los últimos años.

Críticas también han surgido en torno a las obras no concluidas en otras prisiones, como la cárcel de Pedro Corto, que se ha convertido en un monumento al mal manejo de los recursos del Estado. Se esperaba que esta instalación pudiera haber aliviado el hacinamiento en lugares como Azua, pero hasta la fecha permanece en deterioro.

Las investigaciones continúan, mientras la sociedad exige respuestas sobre cómo un prisionero tuvo acceso a un arma dentro de un recinto carcelario y si existen más irregularidades que podrían estar ocurriendo dentro del sistema penitenciario.