Indhira Navarro investiga un reciente incidente violento en la cárcel del 15 de Azua, donde un recluso, Michael Ramírez, tomó como rehenes al director y a un agente del centro penitenciario. Este suceso culminó en un tiroteo que dejó al Coronel Ricardo Vid herido. A pesar de que Ramírez intentó hacer pasar su ataque como un acto de desesperación, su comportamiento plantea serias preguntas sobre la seguridad y la confianza dentro del sistema penitenciario.

El abogado del Coronel Vid, Aneurys Mercedes, relató cómo Ramírez sorprendió al coronel al entrar en su oficina, cerrando la puerta tras de sí. Al exigir el control de la cárcel, el recluso disparó al coronel en varias ocasiones, llevándolo a una negociación tensa en la que el oficial trató de calmarlo y persuadirlo de que no lo matara. La situación se tornó crítica cuando los disparos alertaron a los agentes de seguridad, que se prepararon para rescatar a los secuestrados.

Fuera de la prisión, las familias de los reclusos y el público estaban preocupados mientras las autoridades lanzaban un operativo para retomar el control del lugar. En medio del caos, Ramírez grabó un video temiendo lo peor, mientras el coronel, herido en el suelo, trataba de desviar la atención de la situación crítica. La intervención policial se hizo necesaria después de que Ramírez se negara a liberar al coronel.

Michael Ramírez, quien purgaba una condena de 20 años por el asesinato de un agente de policía, había sido considerado un “recluso de confianza”. Esto generó cuestionamientos sobre la seguridad en las cárceles dominicanas, donde los privilegios de algunos prisioneros parecen permitirles interacciones con el mundo exterior. Además, hay sospechas de que ciertos reclusos están involucrados en actividades ilícitas dentro de la cárcel.

Las autoridades ahora enfrentan la tarea de investigar el incidente y sus causas, en un contexto donde la corrupción y la falta de protocolos efectivos en el sistema penitenciario son preocupantes. Indhira Navarro concluye que se espera una investigación seria y responsable por parte de la Procuraduría General de la República, mientras la situación en las cárceles continúa siendo crítica.