El Coronel Roberto Hernández, director de prisiones, ofreció sus últimas declaraciones respecto al incidente ocurrido en la cárcel de Azua, donde un recluso tomó como rehén al director del recinto y otros funcionarios. Durante la intervención, el coronel confirmó que las autoridades están investigando cómo el recluso pudo haber obtenido un arma dentro del penal, lo cual facilitó el trágico desenlace que culminó con la muerte del recluso.

Hernández explicó que, según el protocolo, los reclusos tienen derecho a solicitar audiencias con las autoridades del centro carcelario. Sin embargo, el coronel reconoció que aparentemente hubo un fallo en la aplicación de dicho protocolo, lo que permitió que el recluso accediera al despacho del director de la prisión armado.

El recluso involucrado cumplía una condena de 20 años por la muerte de un agente de la Policía Nacional, de los cuales ya había cumplido 14. Según las primeras investigaciones, el privado de libertad había solicitado hablar con las autoridades penitenciarias, lo que le dio acceso a la oficina del director. A pesar de los intentos de negociación y de rescate por parte de las fuerzas tácticas, el desenlace fue fatal.

Además, el Coronel Hernández enfatizó que, aunque los reclusos tienen derecho a permisos bajo ciertas condiciones, tales como la muerte de un familiar cercano, negó categóricamente que se otorguen permisos para fiestas u otros eventos no autorizados, como algunos rumores apuntaban.

El Ministerio Público será el encargado de llevar a cabo la investigación sobre cómo se desarrollaron los hechos y esclarecer las posibles fallas en el control de seguridad en el centro penitenciario. Las autoridades reiteran que están comprometidas con la transparencia en este proceso y con mejorar las condiciones en las cárceles del país.