Hoy en día, las redes sociales han evolucionado hasta convertirse en una adicción digital que afecta a millones de personas en todo el mundo. Estudios recientes han revelado que el uso excesivo de plataformas como Instagram, Facebook y TikTok está generando efectos negativos sobre la salud mental de los usuarios, comparables incluso a los de una adicción química.

La psiquiatra Murcia Pacheco, experta en salud mental, explica que las redes sociales tienen un impacto profundo en nuestro bienestar emocional. “El cerebro se activa de manera similar a como lo haría con sustancias adictivas cuando recibimos likes, notificaciones o interacciones en redes sociales”, afirma la doctora. Este fenómeno se ha bautizado como “nomofobia”, una fobia moderna que hace que las personas se sientan incapaces de vivir sin sus teléfonos móviles.

El aislamiento social es otro de los efectos colaterales del abuso de redes. Cada vez más, tanto jóvenes como adultos, optan por pasar más tiempo conectados a sus dispositivos que interactuando cara a cara. “Antes, en espacios como el salón de belleza o la sala de espera del consultorio, la gente conversaba. Hoy en día, todos están inmersos en sus pantallas”, destaca Pacheco, quien insiste en la importancia de reducir el tiempo de exposición a las pantallas para mantener una buena salud mental.

Diversos expertos coinciden en que la solución no está en la prohibición, sino en el equilibrio. Se recomienda que las personas establezcan límites de tiempo y actividades fuera de lo digital, como practicar ejercicio o socializar en persona, para combatir esta adicción.

En última instancia, las redes sociales, si bien útiles, deben ser utilizadas con moderación para evitar que se conviertan en una droga que atrape nuestra atención y socave nuestras relaciones reales.