El historiador y escritor Miguel Reyes Sánchez ha compartido un profundo análisis sobre el significado y la tradición de la Banda Presidencial en la República Dominicana. Según Reyes Sánchez, la banda presidencial tiene sus orígenes en la Edad Media, donde un cordón de cuero llamado “tahalí” era utilizado por los generales durante las Cruzadas para llevar la espada. En el siglo XVII, las órdenes de caballería europeas adoptaron el uso de bandas, un símbolo que los gobernadores españoles trajeron al Nuevo Mundo.

Reyes Sánchez explicó que el significado de la banda presidencial radica en su simbolismo de autoridad y poder, similar al bastón de mando, que proclama la supremacía del presidente sobre las Fuerzas Armadas y el poder civil. Detalló el protocolo de colocación de la banda, que sigue los colores de la bandera nacional: azul cerca del cuello, blanco en el medio y rojo sobre el hombro derecho, terminando en la cintura con el escudo nacional en el centro. Este arreglo simboliza la nobleza del azul cerca del corazón, siguiendo el orden de los colores de la bandera dominicana.

La banda presidencial ha sido un elemento esencial en todas las tomas de posesión desde que Pedro Santana la utilizó por primera vez en 1853. Aunque su uso fue suspendido durante la anexión a España, fue retomado por el presidente arzobispo Meriño en 1880. Desde entonces, todos los presidentes la han utilizado en sus juramentaciones, siguiendo una tradición que, aunque no está escrita en la ley, se ha convertido en un derecho consuetudinario.

En la época moderna, cada toma de posesión ha seguido un estricto protocolo con la banda presidencial. Reyes Sánchez recordó casos en los que los colores de la banda fueron colocados incorrectamente, y cómo esto provocó controversia y hasta posibles sanciones. Destacó que cada presidente ha tenido un estilo y una forma particular de usar la banda, reflejando sus propias interpretaciones de la tradición.

Reyes Sánchez concluyó resaltando la solemnidad de las ceremonias de toma de posesión, particularmente la de Joaquín Balaguer en 1986, y reflexionó sobre la importancia de este símbolo en la democracia dominicana. En un mensaje a la ciudadanía, instó a honrar la bandera y la banda presidencial como símbolos de unidad y esperanza nacional.