Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, se dirigió a sus seguidores en Las Vegas este sábado, destacando su intención de fortalecer la clase trabajadora y aumentar el salario mínimo si gana las elecciones en noviembre. Este compromiso sitúa la economía como una prioridad central en su campaña electoral.

Durante su discurso, Harris reiteró su promesa de subir el salario mínimo federal, que ha permanecido en 7,25 dólares la hora durante casi 15 años. Enfatizó que su administración luchará por mejorar las condiciones de las familias trabajadoras, asegurando un incremento en el salario que no ha sido revisado desde hace mucho tiempo.

Además de la subida del salario mínimo, Harris se comprometió a mejorar el acceso a servicios médicos asequibles, así como a mejorar los beneficios laborales y el cuidado infantil. En su discurso ante más de 18,000 personas, prometió construir una economía inclusiva que permita a todos los estadounidenses la oportunidad de ser propietarios de viviendas, iniciar negocios y construir riqueza.

La vicepresidenta, acompañada por su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, concluyó una extensa gira por estados clave con el objetivo de revitalizar su campaña y movilizar a sus seguidores. Aseguró a la prensa que en la próxima semana presentará su plataforma política centrada en la economía y en la reducción de costos.

Harris también reafirmó que, de ser electa, respetará la independencia de la Reserva Federal, en respuesta a las recientes sugerencias del expresidente Donald Trump de que los presidentes deberían influir en las decisiones del banco central. La candidata destacó que su campaña se basa en una visión futura para el país, contrastando con la visión del pasado representada por Trump.