En un día marcado por el recuerdo y la reflexión, hoy se conmemoran los 80 años de la batalla que se considera como el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. Desde la costa de Normandí.

Fue un 6 de junio de 1944 cuando las fuerzas aliadas de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá llevaron a cabo el histórico desembarco en cinco tramos de la costa de Normandía, bajo el dominio alemán. Hoy, en el mismo lugar donde hicieron historia hace ocho décadas, veteranos de guerra reviven momentos que marcaron un antes y un después en la humanidad.

En el corazón de la conmemoración, el heroísmo de los soldados que enfrentaron el infierno de explosiones y disparos en esas playas. A pesar de la intensa defensa alemana, estos jóvenes ofrendaron sus vidas para liberar a Europa del yugo del nacional socialismo y el fascismo. Sus sacrificios no solo marcaron la historia, sino que allanaron el camino para las libertades y garantías democráticas que hoy damos por sentadas.

Sin embargo, la memoria de aquellos días también nos recuerda los peligros del olvido. A medida que el tiempo avanza, es crucial preservar el recuerdo de esos sacrificios, así como las lecciones que Europa ha aprendido a lo largo de estos 80 años. Desde la intolerancia hasta la importancia de defender la democracia y la diversidad, Europa se enfrenta a nuevos desafíos mientras conmemora su pasado.

En este día, la voz de los veteranos y los historiadores nos recuerda que la memoria es nuestra mayor arma contra el olvido. Mantener viva la historia del Día D es un tributo a aquellos que sacrificaron todo por un futuro más justo y libre. Que este aniversario nos inspire a mantener encendida la llama del recuerdo, para que las generaciones futuras puedan aprender de los errores y los triunfos del pasado.