Por Rosalba Martínez — 21/06/2024

 

La periodista Altagracia Salazar expreso que en República Dominicana no hay tradición de transparencia ni siquiera con la salud de los líderes políticos. Por eso, el partido La Fuerza del Pueblo ha emitido un comunicado diciendo que hay una campaña de descrédito contra Leonel Fernández a propósito de su salud. Los políticos dominicanos no se enferman, simplemente un día se mueren.

Asimismo, continuo diciendo, “tenemos vasta experiencia en esto. Joaquín Balaguer estuvo “sano”, excepto por su ceguera, hasta que lo montaron en un avión rumbo a Estados Unidos por una flebitis. Lo mismo sucedió con Jacinto Peynado y Jacobo Majluta. José Francisco Peña Gómez hizo pública su enfermedad, pero nunca dio detalles de su condición médica”, dijo.

La periodista enfatizó que en el resto del mundo, hasta un legislador que se enferma de algo emite un comunicado porque se entiende que la salud de una persona es determinante en la toma de decisiones. En nuestro país, no se piensa igual.

Leonel Fernández ha mostrado un notorio cambio físico, que puede ser simplemente parte de su proceso de envejecimiento. La vejez extrema nuestras cualidades y debilidades: algunos engordan, otros enflaquecen. En el caso de Fernández, su peso ha oscilado, y el rasgo más notorio para quienes especulan sobre su salud es su piel. Fernández siempre fue “papujo”, pero en los últimos dos o tres años ese papujismo se ha acentuado. Ahora la gente comenta si su piel es macilenta o amarilla y, como es una persona pública, se especula.

La periodista señaló que como simple observadora de un cambio físico, le pregunté a una doctora y militante de su partido si sabía de alguna situación de salud del maestro líder y guía. Rápidamente me dijo: “No, que yo sepa”. La traducción de esa respuesta es: “Si pasa algo, yo no estoy informada”, lo cual es una respuesta que sirve para todo.

Del mismo modo, expresó que hay una campaña de descrédito contra Fernández porque se especula sobre una visita a un centro médico, se desmiente fácilmente diciendo que el doctor Fernández se somete regularmente a exámenes médicos y que su salud está bien. Así se cierra el caso.

Concluyó, puntualizando, que enfermarse es ordinario y se vuelve más ordinario con cada año que pasa. Después de los 60, que es mi caso, la salud no se parece a la de antes de los 50; ahora es un privilegio.