La periodista Altagracia Salazar ha desatado un debate candente al revelar datos impactantes sobre la influencia de los riferos en la política dominicana. Según Salazar, hay una banca de lotería por cada 193 habitantes en el país, lo que explica en parte por qué los riferos constituyen la tercera fuerza política en ambas cámaras del Congreso.

“Cuando se escucha que en República Dominicana tenemos una banca de lotería por cada 193 habitantes, se puede entender por qué los riferos son la tercera fuerza política en ambas cámaras del Congreso”, afirma Salazar. La periodista sugiere que esta situación podría estar influyendo en el desempeño de los congresistas, que parecen más dedicados a sus intereses personales que al bienestar de la colectividad.

La infraestructura de los riferos es sorprendente, con una banca de lotería por cada 850 metros cuadrados. En contraste, en los 23 años de vigencia de la Ley General de Salud, el Estado dominicano no ha logrado instalar dos mil centros de atención primaria, mientras que los riferos en el Congreso se han multiplicado significativamente.

Las estadísticas sobre el juego de lotería en el país son alarmantes. El 70% de la población ha jugado a la lotería al menos una vez, y hay aproximadamente 4.5 millones de jugadores activos entre los 11 millones de dominicanos. La variedad de juegos es amplia, incluyendo Pega 3, Loto Pool, Quiniela Palé, Loto-más, Quiniela Real, entre otros. Además, hay cuatro sorteos de loterías extranjeras como Anguila, Quiniela y King Lottery.

Las búsquedas en Google también reflejan la obsesión del país con la lotería. De las 25 primeras consultas en la plataforma, las seis más repetidas están relacionadas con la lotería, incluyendo términos como “lotería” (sin tilde), “nacional” y “resultado”.

Aunque República Dominicana no es el país que más juega, ya que los orientales tienen una mayor participación, la diferencia radica en que, en oriente, el juego es presencial y parte del ocio. En contraste, en la República Dominicana, se juega por necesidad y se pierde por obligación, lo que contribuye a que los riferos sean ricos y los jugadores pobres.

La denuncia de Salazar pone de manifiesto una problemática compleja donde la influencia de los riferos en el Congreso y su control sobre una vasta red de bancas de lotería podrían estar afectando el desarrollo social y económico del país. La periodista sugiere que esta relación simbiótica entre política y juego de azar podría estar perpetuando la desigualdad y frenando el progreso de la nación.

En un país donde la lotería domina tanto las búsquedas en internet como las vidas de millones, la reflexión sobre las verdaderas prioridades y las consecuencias de esta dependencia se vuelve crucial. La situación demanda una revisión profunda de las políticas públicas y un compromiso real con el bienestar colectivo para romper el ciclo de poder y pobreza que parece estar en juego.