En una impactante jornada judicial, Jonathan Rodríguez Imbert, exadministrador de la Procuraduría General de la República durante la gestión de Jean Alain Rodríguez, dio un giro sorprendente al caso al testificar directamente contra altos funcionarios del organismo.

Rodríguez Imbert, quien previamente había admitido su culpabilidad en el expediente Operación Medusa, reveló este martes detalles impactantes de su implicación en actividades ilegales, señalando directamente a Jean Alain Rodríguez y Rafael Canó como los principales instigadores de un esquema de corrupción en la construcción de la cárcel Las Parras.

Según su testimonio, tanto Rodríguez como Canó le ordenaron cobrar sobornos, los cuales fueron trasladados directamente a sus residencias y oficinas, además de ser utilizados para respaldar el movimiento político Renovación.

Pero las revelaciones no se detuvieron ahí. Rodríguez Imbert afirmó que también recibió órdenes de revisar sobres durante licitaciones y seleccionar a los oferentes de acuerdo con las preferencias de Rodríguez y Canó. Además, indicó que se le encomendó la compra de boletos aéreos, pruebas de ADN y otros artículos sin seguir procesos de licitación.

“Recogía el porcentaje acordado de las obras y alimentos para luego entregárselos en sus oficinas o casas, mientras que otros se les entregaba directamente a ellos”, declaró Rodríguez Imbert, dejando al descubierto una red de corrupción que involucra directamente a altos funcionarios de la Procuraduría.

El exadministrador subrayó que todas sus acciones fueron realizadas por órdenes directas de Jean Alain Rodríguez y Rafael Canó, señalando que él carecía de autoridad para tomar decisiones, ya que todo estaba centralizado en los altos cargos de la institución.

 

 

 

 

 

 

 

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