El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, expresó su indignación este jueves frente a las conclusiones emitidas sobre el manejo de documentos clasificados encontrados en su propiedad, así como las dudas planteadas sobre su capacidad mental en un informe del fiscal general.

Durante una comparecencia en la Casa Blanca para abordar el cierre de la investigación sobre los documentos clasificados, Biden mostró su enojo por las insinuaciones sobre su salud mental. A sus 81 años, el presidente celebró que el fiscal especial Robert Hur haya determinado que no hay motivos para presentar cargos en su contra.

Sin embargo, lamentó profundamente las descripciones en el informe que lo retratan como un “anciano con mala memoria”, poniendo en duda su capacidad cognitiva. Estas alusiones, que sus abogados habían calificado como tergiversaciones “incendiarias”, provocaron una firme respuesta por parte de Biden.

“Mi memoria está bien”, afirmó Biden, desafiando las afirmaciones del informe sobre sus limitaciones. Criticó específicamente la insinuación de que no recuerda la fecha de la muerte de su hijo Beau en 2015. Biden, con la voz entrecortada, señaló que lleva un rosario de su hijo todos los días, lo que le recuerda constantemente su pérdida.

“No necesito que nadie me recuerde cuándo murió”, afirmó Biden con vehemencia. Sus comentarios reflejan su profunda molestia ante las insinuaciones sobre su memoria y su capacidad para liderar el país.

 

 

 

 

 

 

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