Decenas de activistas proinmigrantes se han movilizado en la zona de San Isidro, California, para brindar apoyo a los migrantes que han cruzado recientemente hacia Estados Unidos a través del punto fronterizo de Tijuana. A pesar de los esfuerzos de estos voluntarios, los solicitantes de asilo han denunciado un trato inhumano por parte de algunos oficiales.

Según los testimonios de los migrantes, algunos oficiales de frontera no los transportan en camionetas, sino que los llevan a un lugar donde les retiran los cordones, les confiscan sus pertenencias y los colocan en un cuarto equipado con bolsas para el frío.

Los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza han señalado que las personas que ingresen a Estados Unidos y no puedan demostrar un temor creíble de persecución estarán sujetas a deportación inmediata y a una prohibición de regresar al país por un período mínimo de cinco años. Para garantizar un proceso más ordenado y seguro, se insta a los migrantes a utilizar la aplicación “CBP One” y a no hacer caso omiso de los traficantes de personas que operan en la frontera.

Esta situación subraya la complejidad y las tensiones en torno a la inmigración en la frontera entre México y Estados Unidos, así como la necesidad de abordar de manera humanitaria y justa los casos de las personas que buscan asilo en busca de una vida mejor en Estados Unidos.