La periodista Altagracia Salazar hizo referencia a una investigación presentada el mes pasado por la Academia de Ciencias, la cual reveló que el 85% de los habitantes de este país cree en los milagros.

Comentó que una amiga le preguntó si ella también creía en los milagros, a lo que respondió que no, pero entendía que cuando las personas se encuentran en situaciones desesperadas, es común que recurran a la creencia en milagros.

Mencionó que le citó a algunas personas reconocidas en el ámbito científico que, a pesar de padecer enfermedades graves y ser plenamente conscientes de su estado de salud, ocultaban sus esperanzas milagrosas tras datos estadísticos.

“Para ilustrarlo de manera más sencilla, mencionó el caso de un estadígrafo con una enfermedad terminal y un 95% de probabilidades de morir, quien le dijo que el 5% restante aún existía, y aunque con otro nombre, eso equivalía a esperar un milagro. Y precisamente un milagro es lo que el candidato del PLD, Abel Martínez, está esperando. Martínez ha predicho que en julio comenzará una saga que culminará en una gran victoria para el pueblo, como él llama a su posible triunfo. La última encuesta Gallup publicada esta semana le otorga a Martínez un 19%, mientras que la encuesta anterior, realizada dos meses atrás, le asignaba un 18%. Esto implica un crecimiento del 1% en tan solo dos meses”, dijo Salazar.

Abel Martínez

En el ámbito político alcanza un eje de proyección y desarrollo en la zona del Cibao.

Allí tiene una amplia visión como diputado de su Provincia, siendo el candidato electo con mayor votación en las tres ocasiones.

En el año 1997, es designado por el Poder Ejecutivo como Procurador Fiscal Adjunto, en Santo Domingo.

Labor que realizó con rigor y eficacia, lo que le llevó a ser promovido al cargo de Procurador Fiscal del Distrito Judicial de Santiago, en 1999.

Su impecable y proactiva gestión al frente de la fiscalía santiaguense dejó notables realizaciones, entre las que cabe mencionar:

• La creación del Departamento de Protección a la Mujer;
• Creación de oficinas de fiscalías en los diferentes departamentos de la Policía
• La modernización y diafanidad que imprimió a los procesos inherentes a esta función.

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