El negocio informal se ha convertido en una alternativa de crecimiento económico para dominicanos de bajos ingresos y haitianos que evaden el trabajo pesado de los cañaverales y la construcción.
Los vendedores ambulantes coinciden en que llegaron a ese medio de vida empujados por el creciente desempleo.
Así por la falta de oportunidades, la crisis económica y la incertidumbre que sienten sobre su porvenir.
Una de las personas que se encuentran vendiendo en el Mercado de Pintura dice que “Ta dura la vaina”.
Otro vendedor ambulantes se ganan la vida vendiendo yaniqueques, todo tipo de otras frituras, cocos de agua, maíz hervido.
También aguacate, dulces, agua embotellada, accesorios para vehículos, golosinas, limoncillos, semillas de cajuil y maní tostado.
La variedad de productos que se consigue en el mercado, es casi infinita.
Se pueden comprar objetos de alta tecnología como teléfonos celulares y todo tipo de accesorios para ellos.
Como cargadores, memorias y hasta conectores para la electricidad y la computadoras.
También alfombras para vehículos, llaves mecánicas, repuestos para los limpiavidrios de los autos, todo tipo de lapiceros y bolígrafos.
Además, flores, plantas, frutas , banderas de cualquier país, anillos y joyas, y cuantas cosas la imaginación pueda exigir.