Decenas de reclusos murieron calcinados y más de treinta sufrieron lesiones cuando un voraz incendio se apoderó de una prisión.

El hecho ocurrió en Colombia. Decenas de madres y de hijos se reunieron fuera del penal para exigir información sobre sus seres queridos.

A las puertas de la cárcel de Tuluá, con el corazón en la mano, decenas de madres suplicaban por noticias de sus hijos.

Y no era para menos, ya que le confirmaron que al menos 49 reclusos habían muerto quemados o asfixiados.

Cuando esta madrugada el penal se convirtió en un infierno.

Como los cuerpos de algunos cuerpos están incinerados, no ha sido nada fácil identificarlos.

Los forenses trabajan a marchas forzadas.

Seis horas después de que los bomberos apagaron el fuego, al fin hubo una lista de sobrevivientes.

Esa lista le devolvió el alma al cuerpo a más de una madre.

La gran mayoría de los heridos están en estado critico por asfixia.

Los cuerpos de las víctimas están siendo trasladados a una morgue con mayor capacidad en Cali.

Las primeras investigaciones señala que se trató de un enfrentamiento entre bandas.

Esto por el control de drogas en el penal.

El número de fallecidos en el incendio ocurrido la madrugada de este martes en la cárcel de la ciudad colombiana de Tuluá, en el departamento del Valle del Cauca (suroeste), ascendió a 51, informaron fuentes oficiales.

El director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), general Tito Castellanos, dijo a Caracol Radio que la cifra del trágico hecho es de “51 (muertos), de ellos 49 dentro del establecimiento y 2 que fueron trasladados a centros médicos”.

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