Con la partida de las tropas rusas de la localidad de Bucha, al noroeste de Kiev, el Ejército ucraniano retomó el control de la zona y con ello empiezan a conocerse denuncias del horror que vivió su población. Sobrevivientes, organizaciones de derechos humanos y autoridades locales hablan de torturas, masacres y violaciones sexuales contra mujeres y niñas por parte de las tropas rusas. El Kremlin negó las acusaciones y dijo que se trata de “otra puesta en escena” de Kiev.

Decenas de cadáveres esparcidos por las calles, algunos con las manos atadas, cuerpos con signos de tortura hallados en una fosa común y relatos sobre violaciones sexuales como presunta nueva arma en la guerra en Ucrania.

Este es el panorama con el que el Ejército ucraniano, funcionarios de la ONU y Human Rights Watch aseguran haberse encontrado tras la partida de las tropas rusas de Bucha y de otras localidades a las afueras de Kiev, la capital. Los escabrosos hallazgos han sido denunciados desde el domingo 3 de abril. Rusia ha puesto en duda la veracidad de los hechos.