La fachada luce como cualquier cuartel de po­licía, con sus colores dis­tintivos azul y gris, y ban­deras dominicanas y de la Policía Nacional ondeando por todo lo alto.

Sin embargo, bajo el suelo que se pisa a la lle­gada al destacamento de Bella Colina, en el sector homónimo, se oculta la desesperación de decenas de privados de libertad, donde algunos han pasa­do meses sin ver un deste­llo de luz solar.



“El que está ahí no pue­de ver na’, no puede ver el cielo; a usted no le va a dar aire, usted no va a ver sol, cuando usted esté trancao’ ahí va a estar uno arriba del otro”, contó indignado Samuel, un residente que le tocó vivir la angustia de tener un familiar recluido en el sótano de este cen­tro, lugar donde funciona la cárcel.