Valentina Orellana Peralta tenía apenas 14 años. Era chilena y se preparaba para festejar su fiesta de 15, pero el jueves de la semana pasada murió dentro de un centro comercial de Los Ángeles, Estados Unidos, cuando la Policía comenzó a disparar durante un confuso operativo que ahora se encuentra bajo investigación.

La adolescente hacía seis meses que vivía en el país norteamericano junto a su madre, Soledad Peralta. Habían decidido viajar para visitar a la hermana mayor de la víctima, que trabaja en un restaurante, pero tiempo después iniciaron los trámites de documentación para quedarse allí.