Para el propietario de una pequeña firma de seguridad que tendía a declararse en bancarrota y evitar pagar sus deudas, se veía como una buena oportunidad: encontrar gente con experiencia militar para un trabajo en Haití.

Perece que Antonio “Tony” Intriago, propietario de la empresa de Miami CTU Security, se lanzó de cabeza al proyecto y contrató a más de 20 ex militares colombianos para la misión. Ahora los colombianos están muertos o han sido capturados tras el asesinato el 7 de julio del presidente de Haití, Jovenel Moïse, y la empresa de Intriago enfronta preguntas sobre su papel en el crimen.

El miércoles por la tarde, Léon Charles, jefe de la Policía Nacional de Haití, acusó a Intriago de viajar a Haití muchas veces dentro de la trama del asesinato y de firmar un contrato en el país, aunque no dio más detalles ni presentó pruebas.