Es un nuevo paso en la vigilancia de opositores y periodistas independientes por parte de regímenes más o menos autoritarios, un sistema que sigilosamente permite espiar teléfonos móviles de personas incómodas para el poder, con todo su contenido: llamadas, mensajes, contactos, fotografías. La existencia del programa Pegasus, desarrollado y comercializado por la empresa israelí NSO Group, era conocida. Ahora se ha sabido que casi medio centenar de gobiernos, entre ellos varios autoritarios, lo han usado para controlar a decenas de miles de objetivos potenciales en todo el mundo, según ha revelado el consorcio de periodistas Forbidden Stories y la organización Amnistía Internacional.