Una zona de Monte Plata luce como la favorita y ya se ha armado una oposición comunitaria, encabezada por sacardotes jesuítas, que prometen dar la pelea para que el proyecto, o no se dé, u ofrezca garantías máximas de seguridad, reacomodo de familias y compensación a quienes tengan terrenos en las áreas impactadas.

Barrick asegura que el proceso será ordenado y que pronto hará el anuncio del sitio final, para comenzar a pedir permisos y entablar diálogos con quienes sean afectados, por lo que pide calma a los diversos actores sociales, políticos, económicos y comunitarios, de modo que el proceso permita un escenario en que todo el mundo salga beneficiado.

“El que no tiene amor por las tierras va a permitir que la Barrick la explote”, comenta Linares