Amy Coney Barrett fue confirmada el lunes como jueza de la Corte Suprema por un Senado profundamente dividido, donde los republicanos superaron a los demócratas para instalar a la nominada del presidente Donald Trump días antes de la elección y con ello asegurar una mayoría conservadora en el máximo tribunal para los próximos años.

La jueza seleccionada por Trump para llenar la vacante del fallecido icono liberal Ruth Bader Ginsburg potencialmente da pie a una nueva era de fallos sobre el aborto, la Ley de Cuidado de Salud Asequible e incluso su propia elección. Los demócratas no pudieron detener el proceso, que lleva al tercer juez nominado por Trump a la Corte Suprema.