El popular programa Chévere Nights presentó un hilarante segmento titulado “La terapia de las parejas del terror”, una parodia de consultorio emocional en la que personajes ficticios como Drácula y su esposa Adalgisa intentan resolver sus problemas con la guía de una neurocoach. Desde que entraron al set, la tensión fue evidente: Drácula se negó a sentarse junto a su pareja, que lo acusó de “chupar demasiado” tanto literal como emocionalmente. A pesar de los regalos, viajes y lentes milagrosos, Adalgisa confesó sentirse agotada por la convivencia, especialmente con la suegra durmiendo en la sala.
La dinámica, cargada de doble sentido y humor negro, explotó los clichés de relaciones deterioradas a través de figuras sobrenaturales. Drácula, elegante pero pasado de copas, defendió sus “chupadas” como expresión de amor, mientras que Adalgisa respondió con la frase “talk to my hand”, dejando claro que la comunicación entre ambos está más muerta que viva. La situación empeoró cuando se reveló que la suegra exige un baño nuevo dentro del ataúd… perdón, de la habitación.
La terapia, lejos de calmar la situación, sirvió como espejo absurdo de muchos conflictos reales, usando el humor como herramienta crítica. Para cerrar, la conductora introdujo a la próxima pareja: Samara del Pozo y su esposo Arturo, prometiendo más caos, más reclamos y, por supuesto, más “luz oscura” para estos romances del más allá.



