Vestidas con toda la formalidad de una señora de respeto —blusa amarillo quemado, pantalones ajustados negros y una actitud digna de oráculo de Nostradamus— aparecieron en Chévere Nights las inolvidables “hermanas mentes iguales”. Estos personajes, encarnados por Irving Alberti y Kenny Grullón, volvieron a hacer de las suyas con sus desatinadas, excéntricas y absolutamente impredecibles predicciones.

En un momento que combinó comedia pura con sátira social, las autoproclamadas videntes sorprendieron al público con sus teorías delirantes, movimientos místicos y esa complicidad teatral que solo estos dos grandes del humor dominicano pueden lograr. La energía en el set se volvió contagiosa, arrancando carcajadas tanto en el estudio como en los hogares.

Esta aparición confirma una vez más que, cuando de humor fino y personajes memorables se trata, Chévere Nights sigue siendo una fábrica de momentos icónicos.