Desde su llegada hace más de una década, el venezolano Enrique Crespo ha dejado huellas imborrables en la televisión dominicana. Tras comenzar como camarógrafo y productor, logró consolidarse como conductor y creador del programa “Los Dueños del Circo”, el cual revolucionó la crítica de entretenimiento con un tono irreverente, sarcástico y sin censura. Su estilo, amado por muchos y cuestionado por otros, abrió una nueva era en la cobertura de la vida de los famosos en el país.
Crespo confesó que los inicios fueron difíciles: vivió meses sin pagar renta y pasó hambre. Sin embargo, tras ocho meses en el aire, comenzó a generar ingresos gracias al respaldo de marcas directas, y no a través de grandes agencias ni pactos publicitarios con figuras públicas, como suele especularse. Actualmente, maneja una discoteca, un bar, y una compañía de artistas, entre ellos Divas by Jiménez y, en su momento, Miriam Cruz, a quien se le atribuye haber relanzado con éxito. Asegura que su supervivencia en la industria se debe a la tenacidad y a diversificar su fuente de ingresos.
Reconoce que el programa ha madurado con el tiempo, pasando de un estilo mordaz a uno más estructurado, pero sin perder su esencia. Aunque es acusado de tener favoritismos, Crespo defiende su postura con franqueza: “no hay vacas sagradas”. Señala que solo se enfocan en la farándula, evitando la política por normas del canal. A pesar de las controversias, se ha mantenido vigente gracias a su carisma, visión de negocio y capacidad de adaptación, convirtiéndose en uno de los personajes más influyentes del entretenimiento local.



