El fallo judicial que exonera al senador Félix Bautista de cargos de corrupción ha provocado una intensa reacción en diversos sectores de la sociedad dominicana, especialmente dentro de la Iglesia Católica. En el programa “El Día” se abordó ampliamente el tema, destacando las críticas del ámbito eclesiástico y las múltiples voces que se han alzado en contra de la decisión judicial.
El organismo de la sociedad civil Participación Ciudadana publicó un exhaustivo análisis del expediente confeccionado por el Ministerio Público contra Félix Bautista. En este documento, disponible en su sitio web www.pciudadana.org, se detallan las pruebas y acusaciones que incluyen enriquecimiento ilícito, lavado de activos, falsedad en escritura pública y privada, prevaricación y violación de la Constitución, así como de varias convenciones internacionales contra la corrupción. El informe contiene 104 preguntas y respuestas que desmenuzan el caso, ofreciendo una clara visión de las pruebas presentadas.
Según el Ministerio Público, Bautista incrementó significativamente su patrimonio utilizando su posición como Director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) para favorecer a personas y empresas vinculadas a él. Su declaración jurada de bienes habría variado de unos 500 mil pesos al inicio de su carrera a cerca de 16 millones de pesos, además de ser implicado en transacciones por alrededor de 40 mil millones de pesos.
Pese a estas acusaciones, el juez de la Suprema Corte, Alejandro Moscoso Segarra, decidió que el caso no debía ir a juicio de fondo, lo cual ha sido fuertemente criticado por diversos sectores. La Iglesia Católica, durante las celebraciones del Domingo de Ramos, aprovechó para expresar su descontento. El Vicepárroco de la Catedral Primada de América, Padre Evaristo Heres, llamó a los dominicanos a reflexionar y meditar en paz durante la Semana Santa, subrayando la necesidad de que la justicia brille en el país. En su homilía, Eres mencionó explícitamente el caso de Félix Bautista, calificando la sentencia como delicada y recordando a los jueces su responsabilidad y que deberán rendir cuentas ante Dios.
El clamor por una justicia imparcial y transparente resuena con fuerza en un momento en que la sociedad dominicana observa con preocupación el desenlace de este polémico caso. La Semana Santa se presenta como un periodo de reflexión no solo espiritual, sino también social y política, en la búsqueda de un país más justo y libre de corrupción.