En una investigación reveladora llevada a cabo por la Procuraduría General de la República, en colaboración con el periódico Hoy, se ha puesto al descubierto un entramado de presunta corrupción y enriquecimiento ilícito que rodea al senador Félix Bautista. El expediente expone que las empresas asociadas al senador no han estado pagando impuestos, lo que sugiere un crecimiento desproporcionado de su fortuna mientras ejercía cargos en la administración pública.

Según los datos recopilados, las empresas vinculadas a Bautista no están registradas a su nombre, lo que sugiere la utilización de testaferros para ocultar la verdadera propiedad. Además, se destaca que durante los primeros años de su carrera política, el senador no pagaba impuestos sobre sus negocios, y sólo comenzó a hacerlo después de ingresar a la función pública en 1996 como subdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, cargo que luego ascendió a director en 1998.

La investigación también arroja luz sobre las declaraciones de bienes del senador, que muestran un aumento drástico en su fortuna a lo largo de los años. En 1996, Bautista declaró poseer bienes por un valor de 547 mil pesos, mientras que al asumir su cargo como senador en 2010, esta cifra se disparó a 16 millones de pesos. Sin embargo, cuando se le cuestionó sobre el origen de su fortuna en 2012, el senador afirmó no tener idea de cuánto poseía en ese momento.

Este caso, además, pone de relieve un importante cambio en la carga de la prueba establecido en la Constitución, donde los funcionarios públicos que administran fondos estatales están obligados a demostrar la legalidad de sus activos. Mientras que en otros casos se requiere probar la culpabilidad del acusado, en estos casos es el propio funcionario quien debe justificar la licitud de sus riquezas.