El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó este lunes como una “gran idea” que el Vaticano acoja las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania, al considerar que el simbolismo del lugar podría facilitar un avance en el conflicto armado que ha dejado miles de muertos desde 2022.

Trump informó que sostuvo conversaciones por separado con los presidentes de Rusia y Ucrania y que ambas partes han manifestado su disposición a entablar un proceso de diálogo en la Santa Sede. “Ambos líderes están de acuerdo con iniciar de inmediata negociación para lograr un alto el fuego y poner fin a la guerra”, declaró el mandatario, quien no ocupa actualmente un cargo oficial, pero ha mantenido una activa participación en asuntos internacionales.

El Vaticano no ha confirmado oficialmente el inicio de dichas conversaciones, aunque desde el inicio del conflicto ha manifestado reiteradamente su disposición a mediar por la paz.

CONTEXTO

Este anuncio de Donald Trump sobre apoyar negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania en el Vaticano surge en un contexto de prolongado conflicto armado entre ambas naciones, iniciado en febrero de 2022 con la invasión rusa a Ucrania. A más de tres años del comienzo de la guerra, la comunidad internacional ha presionado en distintas ocasiones para encontrar una salida diplomática que detenga el derramamiento de sangre, sin resultados definitivos.

Trump, quien busca proyectarse como un líder global capaz de negociar la paz y posicionarse de cara a un posible regreso a la Casa Blanca, ha intervenido públicamente proponiendo este nuevo canal de diálogo. La elección del Vaticano como posible sede no es casual: representa neutralidad política, fuerte carga simbólica y una autoridad moral reconocida, especialmente con la disposición del papa León XIV de participar como mediador.

Además, este anuncio llega en un momento en el que el conflicto se ha estancado militarmente y crecen las tensiones internas tanto en Rusia como en Ucrania, lo que abre la puerta a una mayor receptividad hacia soluciones diplomáticas. La participación de Trump puede verse como un intento de capitalizar políticamente un posible avance hacia la paz, mientras refuerza su imagen como un negociador eficaz en la arena internacional.