Santo Domingo. – Susana Gautreau criticó duramente la falta de coordinación, equipos y preparación evidenciada durante el reciente rescate del derrumbe en el YC, y denunció el vergonzoso ataque que sufrió el Ministerio Público en una intervención en la tienda china Mudán, en el Distrito Nacional.

Gautreau señaló que mientras en países como Puerto Rico los equipos de rescate cuentan con herramientas tecnológicas como escáneres, sensores acústicos y sistemas de termografía que permiten detectar incluso patrones mínimos de respiración en personas atrapadas, en República Dominicana se continúa invirtiendo en gastos superfluos, como chacabanas y seminarios, dejando desprovistos a los rescatistas de lo esencial. “Con menos de seis millones de pesos se adquieren equipos que salvan vidas. Pero aquí preferimos invertir en apariencias”, reprochó.

Más adelante, la comunicadora se refirió a los hechos ocurridos durante la intervención de la tienda Mudán, donde miembros del Ministerio Público y agentes de Migración fueron agredidos por una turba compuesta, según sus palabras, por “chinos, dominicanos y haitianos”. Gautreau calificó el episodio como un ultraje inaceptable y una muestra del deterioro del respeto a la autoridad. “Eso no fue un tumulto espontáneo, eso fue una operación planificada que terminó con el Ministerio Público golpeado y humillado. Eso da pena”, enfatizó.

Recordó que el artículo 223 del Código Penal contempla penas por gestos o amenazas contra autoridades en el ejercicio de sus funciones, pero lamentó que estas sanciones rara vez se aplican. Exigió consecuencias legales contra los agresores y una mejor planificación de futuras intervenciones. “Esto no puede repetirse. ¿Qué va a pasar la próxima vez? ¿Hasta dónde se va a escalar si no actuamos ahora con firmeza?”, cuestionó.

Finalmente, pidió al Ministerio Público, especialmente a la magistrada Yeni Berenice Reynoso y al procurador adjunto Livio Bellera, no dejar impune este acto que atenta contra el principio de autoridad. “Aquí hay que empezar a aplicar la ley, sin importar de qué nacionalidad venga el irrespeto. Lo ocurrido es una vergüenza nacional y una advertencia peligrosa para el orden público”.