El juicio que enfrenta Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, en los Estados Unidos, ha tomado un giro geopolítico que va más allá del narcotráfico. Según analistas, entre ellos Edgardo Buscaglia, especialista en crimen organizado y fundador de Save Democracy, la información que Guzmán entregue a las autoridades estadounidenses podría ser utilizada por Donald Trump para presionar al Gobierno de México en diversos frentes.

Guzmán López se declaró culpable de narcotráfico, lavado de dinero y posesión ilegal de armas, como parte de un acuerdo con la justicia estadounidense. En ese proceso de colaboración, se presume que ya ha comenzado a proporcionar nombres de altos funcionarios políticos y nexos institucionales del narcotráfico en México.

“Trump utilizará los testimonios de Ovidio y su hermano no solo para reforzar su narrativa contra el crimen organizado, sino también para empujar intereses estratégicos de EE. UU. en temas como migración, lucha contra el fentanilo y la contención económica de China en la región”, aseguró Buscaglia.

Un juicio con repercusiones más allá de la justicia

Lo que originalmente parecía un caso judicial centrado en crimen transnacional, podría transformarse en un arma política en la campaña de Donald Trump, quien ha dado señales de endurecer su postura contra México y promete una política de “tolerancia cero” hacia el narcotráfico y la inmigración irregular.

De acuerdo con Buscaglia, la administración Trump habría dado luz verde a la Procuraduría General de EE. UU. para actuar directamente contra gobernadores, diputados y senadores mexicanos, sin esperar a que pierdan el fuero político. “Por primera vez, el sistema judicial estadounidense está dispuesto a ir directamente a la yugular del sistema político mexicano”, advirtió.

La filtración de nombres de políticos involucrados ha generado tensiones en México, donde las autoridades han sido señaladas por su tibieza ante estos temas. La presidenta Claudia Sheinbaum, sucesora del presidente López Obrador, fue criticada por su débil reacción ante la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa. Para Buscaglia, Sheinbaum priorizó los derechos humanos del capo antes que felicitar a EE. UU. por su captura, lo que refleja el temor político a confrontar estructuras del crimen incrustadas en el Estado.

Intereses estratégicos en juego

Más allá del narcotráfico, el juicio de Ovidio Guzmán se entrelaza con temas de geoeconomía. Uno de los objetivos de Trump, según Buscaglia, sería evitar que China afiance su presencia económica en México, especialmente en sectores manufactureros. El expresidente y actual candidato buscaría condicionar la cooperación judicial con México a cambio de políticas que bloqueen la expansión china en suelo mexicano.

¿Podrá Sheinbaum contrarrestar esta estrategia?

Frente a este escenario, Buscaglia sugiere que México debe adoptar una postura antimafia real y contundente si quiere frenar las presiones externas. Esto incluiría acciones firmes contra el lavado de dinero, reformas judiciales profundas y una persecución activa contra la corrupción política.

“Si Sheinbaum quiere evitar que Trump convierta al sistema político mexicano en rehén de sus intereses, debe adelantarse con una estrategia antimafia como nunca antes se ha visto en México”, concluyó Buscaglia.

El juicio de Ovidio Guzmán, lejos de ser un simple proceso judicial, podría redefinir la relación bilateral entre México y Estados Unidos, especialmente si Donald Trump regresa a la Casa Blanca.