Científicos alertan sobre nuevo coronavirus en China con riesgo pandémico.

Un grupo de científicos ha lanzado una advertencia que ha comenzado a generar preocupación internacional: un nuevo coronavirus identificado en China, conocido como HKU5-CoV-2, podría estar muy cerca de convertirse en una amenaza global. Según investigadores estadounidenses, este virus necesita apenas una pequeña mutación para infectar células humanas y desatar potencialmente el próximo brote pandémico.

¿Qué es el HKU5-CoV-2?

Este nuevo patógeno pertenece a un grupo poco estudiado de coronavirus llamados merbecovirus, al cual también pertenece el MERS-CoV (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), un virus con una letalidad del 34%. Lo inquietante del HKU5-CoV-2 es que es un pariente cercano del MERS, y aunque actualmente solo se encuentra en murciélagos, los científicos temen que su salto a los humanos podría estar muy próximo.

El HKU5-CoV-2 ha demostrado la capacidad de infectar células humanas en estudios de laboratorio, utilizando el receptor ACE2, la misma “puerta de entrada” que permitió al SARS-CoV-2 propagarse con tanta eficiencia en los humanos. Aunque aún no se han detectado infecciones en personas, la mera posibilidad de que un nuevo coronavirus pueda saltar de los murciélagos a nuestra especie ha encendido las alarmas.

Los científicos enfatizan la necesidad de una vigilancia epidemiológica intensa para evitar un brote mayor. El comercio no regulado de fauna silvestre en China podría facilitar la transmisión a humanos, como ocurrió en pandemias anteriores.

Aunque el HKU5-CoV-2 aún no ha infectado a humanos, su similitud con virus altamente letales y su capacidad para unirse a receptores humanos lo convierten en una amenaza potencial. La comunidad científica insta a la vigilancia y a la implementación de medidas preventivas para evitar una posible nueva pandemia.

El coronavirus (COVID-19) impactó al mundo de manera profunda y generalizada, alterando casi todos los aspectos de la vida cotidiana. La pandemia provocó millones de muertes, saturó los sistemas de salud y desencadenó una crisis sanitaria sin precedentes a escala global. Gobiernos impusieron confinamientos, toques de queda y cierres de fronteras, lo que modificó drásticamente la movilidad, el trabajo y la educación. Además, la incertidumbre y el aislamiento afectaron la salud mental de millones de personas en todos los continentes.

En el ámbito económico, el impacto fue devastador: miles de empresas cerraron, el desempleo aumentó bruscamente y muchos países cayeron en recesión. La crisis también evidenció desigualdades sociales y sanitarias, afectando más severamente a comunidades vulnerables. Sin embargo, la pandemia impulsó avances acelerados en ciencia y tecnología, como el desarrollo de vacunas en tiempo récord, la digitalización del trabajo y la expansión de la telemedicina. El mundo, aunque golpeado, aprendió lecciones críticas sobre preparación, solidaridad y respuesta ante emergencias sanitarias globales.